DROGAS DURAS

- ¿Lo tienes?
- Si; Está en el coche, aquí al lado
- ¿Es original?
- ¿Con quien te crees que estás hablando?. Claro que es original.
- Quiero verlo antes de pagar por ello.
- Lo entiendo. Acompáñame. No hagas movimientos extraños. Mi amigo lo eliminará si observa algo fuera de lo normal.
- Hola. ¿Todo despejado?
- No hay ningún alma a la vista- respondió el tipo del coche.
- Perfecto. Abre el maletero.
- ¿Estás seguro?
- Completamente. Nos podemos fiar de él.
- Aquí está, ¿Qué te parece?
- Había oído hablar de él…No imaginaba que existiera. Supongo que querrás tu dinero.
- El millón de dólares, lo habitual.
- ¡Alto policía!; ¡Todos al suelo!.
- ¡Mierda!. ¿Los has avisado tú?
- Ni de coña; Tú amigo, el que acaba de salir corriendo. Parece que no eliges bien a tus socios.
- Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí, Peter?;¿Quién es tu nuevo amiguito?
- Sólo somos dos amigos charlando, Paul. ¿Qué quieres?
- Sabes que está prohibida la venta de libros. ¿Cuántas veces tengo que decirte que traficar con cultura es un grave delito? ¿No puedes conformarte con la Televisión?
- Yo sólo lo quería para decorar el salón, no lo iba a leer.
- Millonarios, ¿Creéis estar por encima de la ley?. Lleváoslo al furgón, chicos. Esta noche dormirá en nuestro hotel.
- Paul; Al menos deja que lo conserve.
- No puedo. Si fuera otra cosa…Pero nada de letras. No tengo nada en contra tuya ni en contra de tus libros, pero no puede quedar ninguno en circulación. Debo cumplir las órdenes.
- ¿Qué harás con él?
- Quemarlo. Esta vez te dejaré marchar, librero. Pero te advierto que será la última. Acostúmbrate; Se acabaron las letras impresas. Cómprate un DVD y una tele y sé como el resto.

Peter no pudo disimular la tristeza al ver como el último tomo de “La Isla del Tesoro” en la tierra era pasto de las llamas.

- Existe la película en XVR con todos los extras. Mucho mejor que estas estúpidas hojas. Y te lo advierto: No habrá próxima vez; Si vuelvo a pillarte irás directo a prisión. Olvida los libros. Son parte del pasado.
- Supongo que llevas razón.
- Leer no sirve para nada, hazme caso. ¿O es que acaso nos equivocamos todo el mundo?