Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?
Batman ha muerto. Con RIP, terminó (en teoría) una etapa en DC para dar paso a otra. Bruce Wayne, el multimillonario que con la caída de la noche se convertía en El Hombre Murciélago, ya no está con nosotros. ¿Qué ocurriría en las series regulares del personaje?; ¿Cómo se abordaría el “final” de esa época?.
DC decidió que había que repetir algo que se antojaba irrepetible y que reunió a Alan Moore con Superman en ¿Qué sucedió con el hombre del mañana?. De dicha historia deberé hacer una reseña algún día, pero no es momento para hablar de Superman, sino de su antónimo superheróico. Porque si El Hombre de Acero tuvo a Moore, Batman no le va a la zaga: Neil Gaiman. Bueno, seguramente muchos pensarán que sus últimos acercamientos al mundo del cómic superheróico no han sido demasiado productivos, pero tiene ese halo casi mesiánico que acercará a cientos de lectores a comprar el cómic. Sobre todo si acompaña a los lápices, Andy Kubert.
La historia
Gaiman juega con la idea de que algún día deberá morir Batman. Pero no nos muestra la muerte, sino el velatorio, el duelo por la pérdida. Amigos y enemigos a partes iguales se reúnen para el último adiós. El lugar elegido, El Callejón del Crimen. A partir de este momento, todo puede ocurrir…y ocurre.
Será porque tengo reciente Batman RIP o porque soy un converso al personaje desde los tiempos de Norma (hace poco por tanto), pero el caso es que he leído la historia que quería ver para el final del Señor de la Noche. Para ello de tuve que olvidarme los miedos típicos del lector cuando sabe que no es ni de lejos la última historia del personaje. Siempre que escuchamos algo de la muerte de un personaje, pensamos que luego se arreglará todo con una chapuza y que lo leído será “agua de borrajas”. No es el caso, porque no pretende ser el verdadero final, sino como debiera ser ese duelo hipotético de los que le aman y odian. Quitaremos el “odian” porque está claro tras leer las dos partes que ni sus peores enemigos pueden vivir sin él.
La historia, dividida en dos y que en los USA se publicó en Batman #686 y Detective Cómics #853, nos llevará a preguntarnos no quien es Batman, sino los que le rodean. Cada uno de sus allegados (amigo o villano), narrará el particular final del personaje, siempre de acuerdo con la fuente de la información. Selina, Alfred, el Joker, todos escuchan el resto de relatos y pasan a ser protagonistas del suyo junto con Batman.
De forma inteligente y sutil, Gaiman nos va introduciendo en una atmósfera llena de pequeños homenajes a épocas pasadas del personaje y creando las herramientas para que todos imaginemos a nuestro protagonista en su final. Cuando vemos terminar el paso de personajes dando el último adiós a Batman y nos acercarmos al final del viaje, se encoge un poco el corazón. Seguramente con demasiado toque sensiblero, pero efectivo, Bruce Wayne uno de los mejores detectives del mundo, entiende lo que ha pasado y echa el telón…para dejarnos una página final impagable. Sin saberlo, me encontré recordando el final de la película “El Curioso Caso de Benjamin Button”. Todo muy alegórico y lleno de simbolismo.
No puedo terminar sin hablar de la relación con “Superman; ¿Qué le sucedió al hombre del mañana?”. Dos épocas distintas, personajes distintos, guionistas distintos, pero la sensación de leer algo grande. Estoy seguro de que “¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?” se le puede catalogar de primo hermano de la historia de Superman. Quizás sin tanta brillantez y sensación de grandeza, pero Gaiman ha puesto el listón muy alto para que otros intentan arrebatarle el título de la mejor historia para el fin de Batman.
VALORACIÓN:
GUIÓN:7,5 DIBUJO:8